viernes, 3 de septiembre de 2010

El Festival de Tango y el Mundial de Baile 2010




Tango 2010: balance

Un evento que crece dentro y fuera del país

Visitaron el festival unos 100.000 extranjeros:

El Festival de Tango y el Mundial de Baile siguen creciendo en cantidad de artistas y de público. Según los datos oficiales, cerca de 350.000 personas asistieron al Festival y al Mundial en las últimas dos semanas, según cifras del gobierno porteño. Por la programación del festival pasaron 550 artistas, que realizaron ciento cincuenta espectáculos (de los cuales trece fueron producciones propias del festival). Mientras que en el campeonato mundial de baile de Tango Salón y Tango Escenario participaron 460 parejas de 21 países.
Una encuesta realizada por el Ente de Turismo de la Ciudad estima que este año 100.000 extranjeros visitaron la ciudad por el Festival de Tango. El 29,4% que llegó a la ciudad lo hizo puntualmente motivado por el tango, mientras que en 2008 lo hizo el 19% de los extranjeros. Se estima que esos cien mil visitantes dejaron un impacto de cien millones de dólares de gasto en la ciudad, confirmando aquello de que "el tango es como la soja porteña".

El festival creció en visibilidad fuera del país, entre el público local, y llegó este año incluso a nuevos sectores alejados generacionalmente del tango. Lo que se impone de alguna manera es la necesidad de hacer crecer ciertas estructuras del festival: espacios como el de la sede principal quedaron demasiado chicos e incómodos y se siguenextrañando aquellas milongas multitudinarias en el Obelisco.

En términos artísticos, la edición que pasó dejó varias postales para el recuerdo como la noche de homenaje a Horacio Salgán, la emoción final del campeonato de Tango Salón y Escenario, la presencia de un artista internacional como Rubén Blades cantando "Pedro Navaja" versionado al tango, las "tribus" jóvenes que coparon la noche de los Tangos Ricoteros y el tributo a un gran milonguero como Osvaldo Zotto (muerto a principio de año) y el reconocimiento a la gran María Nieves, pareja durante muchos años de Juan Carlos Copes.

Lo mejor. Las producciones creadas especialmente para el festival aportan novedad, experimentación y un riesgo necesario para mostrar las distintas facetas de la escena actual del tango. Otro logro fue darles mayor espacio a los espectáculos de danza y su desarrollo coreográfico.

Lo peor. El sistema de reparto de entradas anticipadas sigue siendo un tema por resolver. Muchas salas aparecen con un alto porcentaje de butacas desocupadas porque los asistentes deciden no ir a último momento. El Punto de Encuentro, a pesar de ser un edificio art decó recuperado para la ciudad, ofrecía muy poca capacidad.

Rescates. Así como el festival abre su espacio a las nuevas producciones, también mantiene en paralelo su perfil histórico. Este año se habló del estilo Salgán (además, don Horacio se sentó al piano en el escenario del teatro 25 de Mayo) y también hubo rescates mediante charlas y conciertos de artistas como Eduardo Rovira.

Orientales. La presencia de músicos y bailarines de Japón crece de manera exponencial. Este año algunas bailarinas se destacaron en los campeonatos de baile. También se lució la orquesta Aurora. Mientras que los orientales, pero del Río de la Plata también siguieron viniendo. Este año se creó una orquesta entre músicos argentinos y uruguayos dirigida por Andrés Linetzky, con repertorio de las dos orillas. Otro punto alto fue el concierto de Luciano Supervielle de Bajofondo.

Tango hoy. La nueva generación ocupó un espacio central en jornadas importantes, lo que habla de la madurez en los artistas de la actualidad como el caso del Chino Laborde y Dipi Kvitko, la orquesta Rascasuelos que dirige Patricio Bonfiglio, la presentación de la típica de Ariel Ardit, la aparición de revelaciones como Cucuza Castiello y Marisa Vásquez, los electrónicos y orquestales Otros Aires, y la dupla de Tute y Lucero con sus tangos nuevos. El futuro está asegurado.

Se dice. Quizá por el frío polar de este invierno, se volvió a hablar de tener un festival en meses climáticamente más benévolos y de recuperar las grandes milongas cerca del Obelisco. De hecho, por la gran demanda del público este año en varias de las milongas cerradas en Punto de Encuentro hubo que cortar la calle Bartolomé Mitre y sacar parlantes y pantalla a la calle para bailar sobre el asfalto.

Los cruces. Este año la sorpresa vino por el lado de los cruces. Luis Borda con Rodolfo García y Emilio del Guercio de Almendra; Rubén Blades cantando junto a la orquesta de Leopoldo Federico sus canciones emblemáticas adaptadas a tangos y milongas, y el tributo Tangos Ricoteros de la joven orquesta típica Ciudad Baigón a las canciones de los Redondos, que convocó a un público que nunca se había acercado al festival y generó un runrún interesante en otros sectores del público y la prensa.

El llamado de atención. Durante su actuación, el Chino Laborde mostró su actitud punk a pesar de cantar tangos muy tradicionales y pidió al Secretario de Cultura Hernán Lombardi que vuelva a instituir el festival de tango durante el verano. Acto seguido le dedicó como recordatorio el tango "Cuando me entrés a fallar".

Las milongas. El ciclo de milongas programado durante la semana del Mundial sirvió para ponerle calor popular al Punto de Encuentro y reunió a las mejores típicas del género como la nueva Ojos de Tango y la tradicional Orquesta Color Tango.

Campeones mundiales. Los ganadores de Tango Salón fueron Sebastián Ariel Jiménez y María Inés Bogado de Buenos Aires. En Tango Escenario se alzaron con el título Diego Ortega y Chizuko Kuwamoto de Colón y Tokio, respectivamente.