domingo, 29 de diciembre de 2013

Las 100 milongas de Buenos Aires

Por Juan Bedoian

El misterioso mundo de la noche porteña, donde miles de almas se abstraen del calor para flotar en sentido opuesto a las agujas del reloj.

 
28/12/13
Buenos Aires es una ciudad extraña. En este preciso momento –no importa el calor– hay más de tres mil personas fervorosas que preparan vestidos, zapatos y pañuelos, practican pasos frente al espejo y quieren escapar de la soledad en una de las 100 milongas de Buenos Aires. La cita puede empezar a las tres de la tarde o a las diez de la noche: no hay distinción de edades, ninguno reniega de esa adicción y todos persiguen un sueño.
Rody Groppo, El Oráculo de Boedo, ha contado que esas mujeres y hombres integran una tribu urbana que tiene códigos estrictos, su propio reino y una gran ambición por lograr el mejor paso en una pista. Groppo ha transitado el universo del tango por décadas –fue dueño del legendario Café Homero– y tiene la sonrisa leve y algo fatigada de un hombre sabio que ha visto demasiadas cosas en un solo mundo. El Oráculo ha dicho que en los salones de las milongas acontecen cosas extrañas. Que el salón de baile es un lugar privado para las parejas, ya que ellos son los protagonistas. Que existe una competencia silenciosa, pero se considera pecado florearse o pavonearse ante los demás. Que durante el baile no se ríe ni se habla. Que allí se baila circularmente en el sentido contrario a las agujas del reloj y todos caminan para el mismo lado.
Definitivamente, esta ciudad es caprichosa. Veinte años atrás, bailar tango era cosa de shows, alguna academia o milongas sueltas, con perfil social difuso. De diez que bailaban, siete eran hombres. Ahora, de diez, siete son mujeres, hay muchos más jóvenes y muchos turistas. Se habla de por lo menos diez mil practicantes que van a las milongas y a las academias. Es una tribu que no estaba prevista en la Sociedad de la Información del nuevo milenio, donde casi todo es espectáculo y es difícil comunicar experiencias. En esa virtualidad, nadie juega y todos miran. De pronto, aparecen estos militantes que hacen exactamente lo contrario: más que espectadores, quieren ser protagonistas. Sorprendente: todos los días de la semana hay milongas en la ciudad desnuda.
El Oráculo ha dicho que en estos salones hay tres ritmos: tango, vals y milonga. Se baila por tandas de tres temas, se para y luego todo recomienza. La Viruta, Salón Canning o Club Sunderland son algunos de esos templos.
La Yumba , Gallo ciego o Pavadita son algunos de los himnos. La escena pertenece a uno de ellos, pero puede ser en cualquiera. Suena Pavadita y saltan como un resorte una rubia cuyos pechos prometen un gran alboroto, un petiso con una cara que nadie recordaría diez minutos después de verla, una chica con vaquero que es mucho vaquero y poca chica, un flaco que luce mal su traje gris, una cuarentona de buen ver con vestido negro y taco aguja, un veterano que porta la mueca de la nostalgia. Todos se lanzan a la pista para suspender el tiempo con la destreza del cuerpo y el simulacro del acto erótico que no se consuma. Moviéndose en elipse, el remolino del tango los arrastra y los pierde. Ya son otros: leves, ajenos a las miserias del mundo. Siempre hay segundos en que la pareja parece suspendida en el aire, inmóvil. Ese instante tiene algo de eternidad. Luego vuelven a sus mesas, a la rutina.
También el oráculo ha mencionado dos palabras claves: miradas y yeites . El de las milongas, además del baile, es un universo dominado por la mirada, cuyos atributos son múltiples: la mirada siempre dice algo y su sentido se expande; el que mira siempre es objeto de miradas; la visión pasea, va y vuelve, pero fatalmente se detiene en algo. Elige. El yeite no figura en el diccionario: son los secretos de la danza, lo que no está escrito en ningún lado, lo que muchos turistas no ven. De esos fervores y misterios se alimenta el fascinante mundo de las milongas.
En 1904, la revista Caras y Caretas publicó un artículo titulado “Baile de moda” que hablaba del furor del tango. Todo ese tiempo ha pasado y ese título sigue intacto. Las milongas, como el tango, registran el punto exacto de la secreta pasión de Buenos Aires. Eso ha dicho el Oráculo con una sonrisa leve.

domingo, 26 de mayo de 2013

Una pareja de varones en la rondas semifinales


Y fue una verdadera sorpresa para quienes fuimos hasta El Pial a ver las rondas semifinales el jueves pasado. El salón desbordaba (según los organizadores, este año hubo récord de inscriptos y público) las mozas iban y venían cargando bandejas llenas de pizza y empanadas cuando, de repente, esta pareja de varones salió a la pista del brazo. Literalmente, los chicos se robaron los aplausos. No sé si eran los familiares y amigos que estaban haciéndoles el aguante, pero cuando pasaban delante de las mesas Ale Segovia y Matías Sotto arrancaban aplausos, y se lo merecían.


Lamentablemente no pasaron a la final del domingo, pero si hubieran ganado el campeonato el suyo ´hubiera sido un caso de justicia poética…¿o acaso el tango no empezó bailándose entre varones?
26 de mayo 2013

sábado, 25 de mayo de 2013

Tango: el baile que sana



Tango: el baile que sana
Foto: Paco SanzHace unos meses que me adentré en el magnético mundo del tango. La razón, una mezcla de afición por el baile, curiosidad y atracción latente desde el momento que fui consciente de su existencia. Desde la primera clase me cautivó y eso que en esos tempranos inicios no podía ni imaginar el caudal de emociones, sensaciones y sentimientos que podía llevar consigo este hipnótico baile.
Más allá de lo obvio sobre la sensualidad de sus movimientos o la calidez del abrazo, está la conexión con uno/a mismo/a, con el propio cuerpo, con un tipo de autoconciencia diferente y está, lo que yo llamaría el "don de fluir": una especie de química, de conexión metafísica, que hace que sin tener una coreografía preestablecida, sin conocer necesariamente a tu pareja de baile, el tango se convierta en un lenguaje universal que nos permita comunicarnos más allá de cualquier frontera idiomática, de estatus social, de edad o de nivel cultural. Esta conexión con el otro te lleva a concentrarte y percibir sutiles señales de su lenguaje corporal que te hacen de guía al bailar, te lleva a cerrar los ojos y confiar en que te dirija por un espacio no demasiado amplio y lleno de "obstáculos", te lleva a sentir y provocar sensaciones placenteras independientemente de la belleza o el grado de intimidad que compartas con tu partenaire... Y todo esto enmarcado en un espacio temporal limitado: una tanda, cuatro tangos, después de los cuales puede que nunca vuelvas a ver a esa persona. Y esto es lo mágico: incluso siendo una persona tímida, puedes abrazarte, rozar tu rostro, pegar tu pecho al de la otra persona, "invadir" su espacio y que sea una experiencia muy agradable para ambos.
Desde mi punto de vista, como neófita en este terreno, el tango es un gran maestro. A mi, personalmente me está enseñando a relajar mi postura, a caminar aprovechando la ergonomía de mi cuerpo, a ser flexible pero no laxa a la vez que a ser firme pero no rígida, a no llevar siempre el control y disfrutar de que sea otro el que lleve las riendas (¡todo un logro!), a desconectar del mundo y conectar con el yo-mi-me-conmigo y con el tú-ti-te contigo, a confiar en mi cuerpo y en su capacidad de reacción y aprendizaje... y eso sin mencionar cómo me divierto en las milongas y cómo me cargan de energía.
Todos estos cambios tan positivos que estoy experimentando me han empujado a investigar un poco más sobre los beneficios del tango y los hallazgos que he ido encontrando me han sorprendido gratamente. No es extraño pensar que aquellos/as que bailan tango mejorarán sus capacidades motrices (tono muscular, fluidez de movimientos, percepción sensorial, conciencia corporal, capacidad de reacción, flexibilidad, coordinación, precisión, equilibrio, reflejos...) mejorarán sus capacidades intelectuales (concentración, improvisación, sensibilidad, creatividad...) y por supuesto sus habilidades sociales.
Pero, por si esto fuera poco, recientes estudios han demostrado efectos que van mucho más allá de lo más obvio. Veamos algunos de ellos:
- Tango y estrés: Según los resultados del estudio realizado por la psicóloga Cynthia Quiroga Murcia en el marco de su doctorado en la  Universidad Goethe de Francfurt, al bailar tango se reducen los niveles de cortisol, hormona asociada al estrés. Así, el tango actúa doblemente contra la ansiedad: por un lado como actividad física que es, y por otro a nivel endocrinológico, actuando sobre el cortisol.
- Tango y líbido: la misma autora observó en el estudio anteriormente mencionado y publicado en la revista "Music and Medicine", que además del impacto sobre el cortisol, el tango tenía efectos sobre la testosterona, hormona vinculada al deseo sexual, provocando un incremento de la misma. La científica tomó pruebas sanguíneas de 22 parejas de bailarines de tango antes y después de bailar, determinó la concentración hormonal y completó la investigación pidiendo a los voluntarios que describieran sus emociones. Para descubrir si los efectos positivos a nivel psicobiológico se debían a la música, al movimiento o al contacto con la pareja, Cynthia Quiroga investigó los tres factores por separado. El resultado fue el siguiente: la música reduce el cortisol, es decir, influye en disminuir el estrés, y el contacto con el partenaire y el movimiento, incrementan los niveles de testosterona. Y si se unen los tres factores, los efectos hormonales y emocionales ¡son más intensos!
- Tango y envejecimiento cerebral: Hace unos años, profesora Patricia McKinley, de la McGill University de Montreal realizó un interesante estudio sobre el impacto del tango en personas mayores. Se investigó a 30 personas de edades entre 62 y 91 años y se dividieron al azar en dos grupos: una mitad en un grupo de caminata y la otra mitad en clases de tango. Después de tres semanas, el equipo de McKinley observó un aumento en la autoestima de los integrantes del grupo de tango. La socialización que implica una actividad como el tango, sin duda contribuye a la mejora de la autoestima de los que lo bailan. Pero los efectos positivos no sólo se quedan ahí. Además, el grupo de tango mostró una mejoría significativa en la coordinación motora, el equilibrio y la postura, en comparación con el grupo de caminantes. Pero McKinley y sus investigadores estaban interesados principalmente en los efectos del tango en el envejecimiento del cerebro y hallaron que los integrantes del grupo de tango habían mejorado sus capacidades intelectuales y el rendimiento cognitivo, superando al grupo de caminantes.
- Tango y depresión: en un reciente estudio llevado a cabo por la australiana Universidad de Nueva Inglaterra, se analizó una muestra de 41 personas de entre 18 y 73 años con síntomas de depresión y ansiedad, de las cuales el ochenta por ciento eran mujeres. De esta muestra veinte participaron en un curso de ocho sesiones de 90 minutos de tango en un período de dos semanas, mientras que el resto fueron puestos en una lista de espera para las clases. Al final de este período de dos semanas, los participantes mostraron reducciones significativas en los niveles de depresión, ansiedad, estrés e insomnio y la satisfacción con la vida y la autoeficacia se incrementaron significativamente. En un mes de seguimiento, los niveles de depresión, ansiedad y estrés se mantuvieron reducidos. Por lo que hasta un breve período de clases de tango han demostrado ser una estrategia eficaz en el alivio de los síntomas de trastornos del estado de ánimo. Además, dada la liberación de endorfinas que supone una actividad como bailar tango, no sólo aumenta los niveles de felicidad, sino que actúa como factor de protección en trastornos del estado de ánimo.
- Tango y otros trastornos:
* Parkinson y Alzheimer: Aumenta la agilidad y firmeza en los movimientos y de ese modo refuerza el equilibrio. Además ayuda a aumentar la actividad prefrontal y temporal cerebral y a mejorar las habilidades de comunicación, la memoria y la atención.
* Enfermedades cardiovasculares e hipertensión. Disminuye las hormonas vinculadas con la actividad simpática (las que producen taquicardia, hipertensión y vasoespasmos), y mejora la capacidad vascular y la oxigenación de los tejidos.
Este artículo no pretende ser un folleto publicitario del tango, entre otras cosas, porque el tango se "vende" solo: si lo pruebas es muy posible que te apasione. Y todo lo demás... ¡bienvenido sea!
¿Y tú? ¿Bailas tango? Comparte con nosotros tu experiencia.
Rebeca Lajos Rañó
Psicóloga Sexóloga Aidé

domingo, 17 de febrero de 2013

Evolución del Tango



                                                        Evolución del Tango



Tango - Música: Brasil y Argentina - Puntos de similitud
Esta pesquisa fue basada en las siguientes fuentes de información:
1 - Breve história da música brasileira: o tango brasileiro http://www.collectors.com.br/CS06/cs06_05u.shtml
2 - Montes, Jorge. História do tango: compositores, instrumentistas, letristas e cantores. s.d.p.,
3 - Ferrer, Horacio . El libro del tango: histórias e imagenes. Buenos Aires: Ediciones Ossorio, Vargas, 1970. 2v.
4 - Ferrer, Horacio. El tango: su historia y evolución. Buenos Aires: A Peña Lillo, 1960, 80p.
5 - Maxixe: a dança proibida - http://cifrantiga3.blogspot.com/2006/02/maxixe-dana-proibida.html
6 - Tango brasileirohttp://www.dicionariompb.com.br/verbete.asp?tabela=T_FORM_C&nome=Tango+Brasileiro
7 - Thompson, Daniella. A dança lasciva que chocou um venerável senador http://daniellathompson.com/Texts/Le_Boeuf/cron.pt.8.htm

Según Horacio Ferrer, poeta, estudioso y ensayista del tango, autor de "Balada para un loco" y Presidente de la Academia Nacional del Tango, el territorio americano en el siglo XIX sufría la influencia de varias danzas y músicas populares europeas, desde los elementos precursores de la música afronorteamericana hasta la Ranchera; desde el ritual del Candombe hasta el Vals Criollo; desde la danza cubana hasta el Cake-Walk.

Esa mezcla de tres grandes influencias: indígena, africana y europea en contacto con la creatividad nativa (criolla) recreó bailes y canciones con gran originalidad. Brasil y Argentina pasaron por las mismas influencias en términos de música y baile, pero de cada país se originaron distintos bailes y músicas.

El periodista e investigador brasileño José Ramos Tinhorão se refiere a ese movimiento que también ocurrió en nuestro territorio para explicar la danza maxixe que, según él, es el primer tipo de baile urbano creado en Brasil. "Como todas las creaciones de este nuestro mezcladisimo pueblo, el maxixe se formó musical y coreograficamente de la fusión y adaptación de elementos venidos de varias partes.
Según las investigaciones hechas hasta hoy, la polca europea le dio el movimiento, la habanera cubana le dio el ritmo, la música popular afrobrasilera, como el lundu y el batuque, también le brindaron influencias, y, finalmente, la manera brasileña, “o jeitinho”, de bailarlo y tocarlo completaron el trabajo. De la misma fuente nació su coreografía: la vivacidad de la polca, los bamboleos de la habanera y del lundu. El resultado fue una danza sensual y muy desenvuelta que hasta llegó a ser prohibida".

Conocido como “la danza prohibida”, era bailado en lugares mal vistos como las gafieiras frecuentadas también por hombres de la sociedad que buscaban diversión con mujeres de clases sociales más pobres.

De esa fusión de géneros de música del teatro ligero y de danzas extranjeras en proceso de “abrasileramiento” habría surgido un tipo de música de andante rápido que tomaría una forma tipicamente instrumental y sería llamada de tango brasilero.
El tango brasilero, muchas veces apuntado por estudiosos como una variante bien acabada y estilizada del maxixe, entró definitivamente para la música popular brasilera, representado por las composiciones de Ernesto Nazareth. Sin embargo, antes que él usase esa denominación, muchos tangos ya habían sido impresos, algunos con gran suceso. Según Baptista Siqueira, el primer tango brasilero fue " Olhos matadores " / “Ojos Matadores” (1871), de Henrique Alves de Mesquita (1830-1906), compositor considerado el responsable de que fuese llamado de tango ese tipo de música de teatro ligero que hasta entonces españoles y franceses preferían nombrarla "habanera". Musicalmente, en la raíz del tango brasilero (que no tiene nada que ver con el argentino) se encuentran elementos de la "habanera" - introducida en Brasil por las compañías de teatro musicado – a la cual se incorporaron influencias de la polca y del lundu. En la década de 1880, Chiquinha Gonzaga inicia una inmensa producción de tangos, como el famoso Gaúcho , vulgarmente conocido como O corta-jaca, escrito en 1897.
Escuchar al gaucho:
La referencia al tango como música cantada empieza a aparecer, en Brasil , alrededor del año 1880, en cuadros del teatro de revista , casi siempre encubriendo composiciones que nada mais eran que lundus o maxixes. En el inicio de la década de 1930, la moda del tango argentino en Brasil contribuyó para el desaparecimiento del nombre tango. El género pasó a recibir otros nombres.
La década de 1870 fue de especial significado em la historia de la música popular brasilera. En esa época ocurrió el “abrasileiramiento” de las técnicas de ejecución de los instrumentos europeos traídos a Brasil como la flauta, la guitarra, el cavaquinho , la pandereta y también el piano, a través del estilo de los pianeros . Además de esos aspectos de naturaleza musical, dos acontecimientos de gran significado sociocultural ocurrieron en Brasil: el aparecimiento del maxixe, primera danza genuinamente brasileña y el choro . Según algunos investigadores, el chorinho nació alrededor del año 1870, en Río de Janeiro, en pequeñas tabernas de la Cidade Nova (Ciudad Nueva) y al fondo de quintales de los arrabales de la ciudad. Empezó con flauta, cavaquinho y guitarra.
En el inicio era considerado sólo una manera abrasilerada como los músicos de esa época tocaban los ritmos extranjeros, que eran populares entonces, como los europeos xote, vals y, principalmente, polca, además de los africanos, como el lundu .

El tango argentino
En la formación musical del tango se encuentran muchas influencias: la milonga pampeana, que le da una atmósfera del campo; la milonga montevideana y los ritmos negros; la habanera y el tanguillo español y la música traída por los inmigrantes que llegaron en el final del siglo XIX.

En los bailes de los negros, al marcar la coreografía del candombe, el sonido de la piel del tambor hizo surgir el nombre tan-gó. De acuerdo con el musicólogo Ortiz Oderico, el nombre tango es una derivación del nombre Xangô, dios de los truenos y de las tempestades en la mitología de los Yorubás de Nigeria (África Occidental), donde Xangô también era el nombre del tambor usado en los rituales.
Como afirma Jorge Luiz Borges: "el tango es negro en la raíz".

Horacio Ferrer escribió: "El tango no es un hecho aislado ni nace de repente por generación espontanea. El tango es, de modo general, arte americano. Pertenece, en su gran panorama clasificador, al Cancionero Oriental - faja atlántica del continente, desde las Antillas al Plata - y configura, dentro de ése, un estilo artístico regional rioplatense, con su corazón anímico y su centro generador en Buenos Aires. Designa una pieza instrumental, una danza, un arte interpretativo y una canción. El tango surge durante la mitad del siglo XIX como resultado de un proceso: es una expresión nueva y diferenciada creada gradualmente por un esfuerzo porteño, que toma como modelos a otras tres especies afines entre sí y fuertemente arraigadas en ese periodo: Milonga, Habanera, Tango Andaluz.

Cuándo se puede reconocer que el tango ya está en Buenos Aires? Las memorias, los documentos, las crónicas y la reconstrucción de los acontecimientos muestran que se puede determinar ese tiempo inmediatamente después de 1880. Éste fue también el momento de otro episodio muy importante: la ciudad-puerto de Buenos Aires fue escogida para Capital Federal de la República. En 1880 nace la Buenos Aires moderna".

En la etapa precursora de 1880 hasta el comienzo del siglo XX, los tangos surgían de solistas improvisados. Los autores de las composiciones eran casi siempre anónimos, desconocían la técnica musical y muchos de ellos tocaban de oído. Los tangos eran generalmente instrumentales, sin letra.

Tango: La Biblia y el Calefón


 La Biblia y el Calefón 

Se habla de ello y la mayoría no sabe de qué se trata:

He aquí la historia de un hecho de la vida cotidiana, que acontecía en la ciudad de Buenos Aires –no sé si en otros lugares pasaba o no–, y que explica el porqué de la aparentemente surrealista asociación de la Biblia junto al calefón que aparece en el tango "Cambalache", cuyas letra y música fueron compuestas por Enrique Santos Discépolo en 1935.
La historia tiene relación con los baños, la higiene personal y la forma de realizarla; y como no se me escapa que algunos lectores pueden ser jóvenes y pueden no haber conocido otro tipo de baños que los que se estila usar en la actualidad al menos en el mundo occidental y cristiano, voy a recordar primero un par de datos que considero necesario sean tenidos en cuenta.
Los baños que conocemos y que en algunos lugares son llamados 'completos', es decir, los que constan como mínimo de retrete inodoro, lavabo y ducha (algunos exquisitos, como el irresponsable que escribe, exigen que además tenga bidet –artefacto desconocido en muchos sitios–) son relativamente nuevos.
Hasta finales del siglo XIX se utilizaban bacinillas (también llamadas ‘tazas de noche’), cuyos contenidos eran arrojados por las ventanas al grito de "agua va"; y antes aún, letrinas, que solían estar en los fondos de las casas.
En Buenos Aires coexistieron bacinillas y letrinas hasta principios del siglo XX, época en que las familias ‘acomodadas’ comenzaron a instalar baños.
Luego el uso de baños se generalizó y se empezó a construirlos en todas las viviendas, aun en las más modestas. El sencillo 'miniambiente' constaba al menos de retrete y lavabo y si los lujuriosos dueños de casa gustaban de practicar la morisca costumbre de lavarse todo el cuerpo más o menos seguido, y si además tenían medios económicos suficientes como para costearse ese capricho, los baños también tenían una ducha. Claro, si había una ducha era necesario calentar el agua, así que al lado de la ducha se instalaba un calefón.
Sin embargo, el papel higiénico tardó en obtener su carta de ciudadanía para poder trabajar en limpio en estas sucias tierras y aun cuando apareció era bastante caro y no estaba al alcance de todas las familias, las cuales se veían obligadas a utilizar para esos fines sanitarios el vulgar papel de diario o, en su defecto, cualquier otro.
Por supuesto, eran muy estimados los papeles más sedosos, así que los sufridos usuarios trataban de conseguir en las verdulerías y fruterías los papeles con los que venían envueltas las manzanas y otros productos de campo.
Otro muy apreciado era el llamado ‘papel biblia’, especialmente delgado y suave.
Ahora bien, ya por entonces existía la Sociedad Bíblica, una de cuyas misiones parece ser la de difundir la Biblia protestante, para lo cual regalaba ejemplares del sagrado libro –en la actualidad, lo sigue haciendo–.
Pues, muchos de los habitantes de Buenos Aires deben de haber parecido devotos creyentes, ya que aceptaban de continuo esas gentilezas, y que siendo mayoría la grey católica, lo mismo pasaban y retiraban la biblia protestante tantas veces como sabían que la Sociedad las tenía en obsequio en las calles, plazas o en su sede central .
LA BIBLIA Y EL CALEFÓN
Sin embargo, cuentan los hombres dignos de fe (aunque Alá sabe más) que quienes obtenían esas Biblias les perforaban una tapa y las colgaban de un gancho de alambre, al lado del calefón, cerca del retrete, e iban arrancando las suaves hojas para usarlas como papel higiénico.
En este hecho se habría inspirado Enrique Santos Discépolo para decir con elegancia propia de un grande:

Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
Y HERIDA POR UN SABLE SIN REMACHE
VES LLORAR LA BIBLIA  JUNTO AL CALEFÓN.

miércoles, 23 de enero de 2013

El chachachá historia.



Chachacha1
 
El chachachá es un ritmo cubano creado en los años 50 por el flautista, compositor y director de orquesta Enrique Jorrín.


jorrin
El paso base se desarrolla en 4 tiempos, como su música desarrolla un compas de 2x4 y se baila con dos movimientos lentos y 3 rápidos.
Rápidamente se convirtió en un baile popular y de salón, su nombre es la reproducción onomatopéyica de los pasos al bailar.

Historia
El chachachá como todo género realmente popular no nació de la nada. Se originó como un proceso de evolución y de experimentación de Enrique Jorrín con el Danzón. Durante su juventud, lo único que Jorrín componía era música de Danzón, que al principio respetaban todos los cánones musicales propios del genero pero después, poco a poco, se iban permitiendo pequeños cambios que los acercaban cada vez más al chachachá.

Chachacha2
A mediados del siglo XX siendo Enrique Jorrín el director de la Orquesta América, dio a conocer “La engañadora” en 1948, una canción con un nuevo tipo de melodía resultante de sus experimentos con el Danzón. La variación consistía en un trió de cantantes que entonaban al unisonó el tema de la composición (el Danzón clásico es exclusivamente instrumental) y que le darían ese tono tan característico al nuevo género. Este estilo gusto a los que bailaban, que ahora podían improvisar mas e inventaron nuevas figuras.
Jorrín compuso otras melodías del mismo estilo, y el nombre con el que originariamente llamo a sus experimentos fue el “Neo danzón”. Este no es un nombre muy atractivo, pero nos habla de lo que el compositor pensaba de su nueva creación.
El nombre que todos conocemos nació con la ayuda de los bailarines, cuando al inventarse el baile que se acoplaba con el ritmo, se descubrió que los pies marcaban un sonido peculiar al rozar el suelo, precisamente en tres pasos de ritmo sincopado, que hemos llegado a denominar chachachá dado que viene de ese sonido su nombre.
Este nuevo ritmo se extendió rápidamente por el continente americano, sobre todo en México, donde llego Jorrín para crear su propia Orquesta, hecho que contribuyo a que la Orquesta América también abandonara Cuba dejando paso a nuevas formaciones cubanas que retomaron el chachachá. Su rápida difusión se debió a que es un baile festivo e intermedio, ni muy rápido, ni muy lento, por lo que cualquier persona, con pocas nociones de danza, era capaz de bailarlo y disfrutar con él.
Este estilo comenzó a crear sus propios procedimientos gracias al trabajo de compositores cubanos y mexicanos como Ramón Márquez. Richard Egües y Jorge Zamora.
La instrumentación del chachachá originalmente fue retomada del Danzón que en Cuba se toca con una agrupación musical llamada Charanga Francesa, herencia musical de las emigraciones debidas a la guerra de independencia de Haití. Esta consistía en la percusión, el piano, el bajo, la flauta y una sección de cuerdas.
Los grupos más importantes que lo interpretaron fueron la Orquesta Aragón, la Orquesta América, Los cariñosos y la Orquesta de Enrique Jorrín.

Fuente: internet. 
www.efweb.net