viernes, 26 de octubre de 2012

El tango gana terreno en Rusia


El tango gana terreno en Rusia

Ana Novikova, Rusia Hoy 
Aumenta el número de escuelas, aficionados, y profesionales que se dedican al tango en Rusia los rusos son los mejores bailarines de tango en el mundo. Fuente: Archivo personal.
Taya Finénkova y Dmitri Vasin son los dos bailarines que representaron a Rusia en el recién concluido Mundial de Tango de Buenos Aires. En la categoría “tango-salón” obtuvieron un meritorio 5º puesto. También recibieron la distinción especial del jurado que los reconoció como la “mejor pareja extranjera”.
“Antes se decía que, por su temperamento nórdico, los rusos no podían alcanzar ese punto de expresividad necesario como para bailar un buen tango. Ahora queda claro que eso no es así, y nosotros estamos para demostrarlo”, confiesan los bailarines.
El baile como filosofía
Taya y Dmitri de 20 y 24 años, respectivamente, son bailarines profesionales que empezaron su carrera en el género “tango-salón” a una edad muy temprana para una pareja rusa. Desde hace cinco años se dedican al tango y actualmente son profesores a tiempo completo en el prestigioso club “GallaDance”, que cuenta con 11 sucursales entre Moscú, San Petersburgo y otras ciudades de Rusia. Además, son los actuales campeones de Europa en categoría “tango-escenario”, lo que les permitió saltar la ronda clasificatoria en el Mundial de este año.
“Tuvimos suerte ya que para ambas competencias nos prepararon los destacados tangueros argentinos, Sebastián Arce y Mariana Montes, - cuenta Dmitri. - Además de algunos trucos técnicos, nos enseñaron a dejar de lado la racionalidad y dejarnos llevar por el tango. ¿Cómo lograrlo? Concentrándonos en nosotros mismos y no en la competencia. Cada pieza es como una vida, y nosotros somos un hombre y una mujer, a los que les pasan cosas”.
Según Sebastián Arce, que actualmente reside en Moscú, “los rusos son los mejores bailarines de tango en el mundo, actualmente”. En una entrevista a Rusia Hoy el famoso bailarín explicó: “Aquí no ocurre lo que en otros países, donde el tango se baila por un criterio puramente estético. En Rusia tratan de buscarle sentido y el baile se convierte en toda una filosofía”.
Taya Finénkova confirma las palabras de su gurú: “El tango es para nosotros una realidad paralela, la posibilidad de experimentar algo diferente. También tiene algo de deporte. Pero más que nada se trata de emociones enmarcadas en el movimiento”.
Dmitri Vasin cuenta que “se enganchó” al tango en 2007 al ver un vídeo en internet. Empezó a tomar clases con Diego Arizaga, otro tanguero argentino, que durante una época residió en Rusia. Por su parte, Taya fue alumna del propio Dmitri.
El año pasado Andréi y Natalia Panfiorov representaron a Rusia en el Mundial. Ambos son bailarines profesionales que dan clases en una sucursal del club “GallaDance” en San Petersburgo. “En 2011 fue nuestra cuarta participación. En 2006 ocupamos el 6º lugar, en 2007 el 11º y en 2009 fuimos octavos en la categoría “tango salón”. Creo que este año nos faltó determinación”, comentó a Rusia Hoy Andréi Panfiórov.
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En 2005, cuando en Moscú empezó el “boom” tanguero, fueron otros bailarines, oriundos de San Petersburgo, los que llegaron a la final del Mundial de Buenos Aires: Alexéi Barbólin y Yulia Zúyeva.
Empezaron a bailar juntos en 1998. Por entonces Yulia ya contaba con dos títulos universitarios, en pedagogía y economía y administración de empresas. Alexéi era ingeniero informático y atesoraba numerosos trofeos en judo, karate y atletismo. En 2000 ambos fundaron su propio club, “Tangomania”. Actualmente es una de las escuelas más reconocidas del país y desde el 2003 está oficialmente reconocida como una sucursal de la Academia de Tango de Buenos Aires en Rusia. Lo cierto es que no les faltan alumnos.
Una pasión irresistible
Hoy en día la cantidad de milongas locales y clubes donde se enseña el tango crece de manera imparable. Ya hay unas 50 escuelas esparcidas por todo el país.
En Cheliábinsk, la capital industrial de los Urales, funciona desde el 2005 “Chocolad”: una escuela que en marzo de este año dio a sus alumnos la posibilidad de asistir a clases magistrales con Ariadna Naveira (hija de los inigualables Gustavo Naveira y Olga Besio) y Fernando Sánchez.
En la mayoría de estas escuelas, además del tango se enseñan otros ritmos como salsa, merengue, samba, ballroom. Aunque es el baile argentino el que ocupa el primer lugar.
El alumno puede elegir entre clases individuales o en grupo, - explica Dmitri Vasin. – En caso de las clases individuales se usa a menudo la modalidad “Pro Am” (Profesional + Amateur). Viene a inscribirse mucha gente. Gran cantidad de bailarines profesionales vienen al tango después de su experiencia en el ballet clásico, el ballroom o la salsa. Creo que el tango tiene ese 'que sé yo', que lo vuelve demasiado atractivo.” Cabe mencionar que en 1998 la cantidad de moscovitas-milongueros no superaba las 15 personas. Hoy se trata de una comunidad que cuenta con 3.000- 4.000 aficionados.
Cómo contagiarse
Anastasia Nikitenko es una abogada que se mudó a Buenos Aires desde Moscú por el amor al tango. De pequeña practicó el baile de salón, aunque lo dejó para retomarlo a los 20 años. Lo cierto es que es algo común en Rusia, ya que hay muchas más mujeres que hombres en las clases de baile.
En una ocasión, en una milonga de Moscú, Anastasia vio bailar al carismático Serguéi Maga, fundador de la escuela “Tangomagia”. Fue entonces cuando se le contagió la pasión tanguera. Incluso empezó a estudiar español: “Serguéi es arquitecto de profesión, así que racionaliza la técnica del baile y explica muchos aspectos desde el punto de vista de las leyes de la gravedad, por ejemplo, el equilibrio, el ángulo de inclinación, etc. Terminé en Argentina debido a su influencia”.